El coulant se presenta como un bizcocho de chocolate al uso, pero esconde un tierno secreto en su interior. Este postre francés oculta una masa de chocolate caliente que será la perdición de todo adicto al chocolate.
Para conseguir este curioso efecto su inventor, Michel Bras, puso a congelar el bizcocho antes de hornearlo. Así, el calor del horno solidifica el exterior, mientras que el interior no queda tan expuesto y no se cocina del todo.
En nuestro Máster Internacional en Pastelería, Repostería y Postres aprenderás todos sus secretos. Aún así, si todavía no lo tienes claro, te dejamos un pequeño adelanto para que lo pruebes tú mismo.
Índice de contenidos
El coulant: el postre perfecto para tu cena familiar
El coulant tiene una característica de lo más práctica, y es que puedes dejarlo preparado con antelación. Así, mientras tus invitados terminan de degustar los platos principales, puedes ponerlos a calentar sin perderte la conversación.
Además, al tratarse de un postre caliente, no hay mejor momento para él que el invierno. Puedes comerlo solo o acompañado de una deliciosa bola de helado de vainilla para disfrutar del contraste de temperaturas.
Eso sí, deberás haber encontrado con anterioridad el punto de cocción ideal para no meter la pata delante de toda tu familia. Más adelante te contamos nuestros trucos para no pasarnos con la cocción.
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Ingredientes
A continuación, te contamos qué ingredientes debes tener a mano para preparar el coulant. No te preocupes, seguro que puedes conseguirlos todos sin problemas:
- 150 gramos de chocolate especial para postres.
- 150 gramos de mantequilla sin sal.
- 100 gramos de azúcar.
- 70 gramos de harina de trigo.
- 4 huevos.
- Tu helado favorito para acompañar.
Preparación
Aunque a priori pueda parecer difícil, preparar un coulant es bastante sencillo. Aquí te dejamos todos los pasos. ¡Vigila con el punto número 9!
- Vierte el chocolate para postres y la mantequilla en un bol e introdúcelos en el microondas durante un minuto a potencia máxima. Cuando saques el bol, remueve el contenido y vuelve a meterlo durante un minuto. Si al volverlo a sacar todavía no se ha derretido del todo, introduce el bol unos segundos más.
- Una vez esté todo derretido, remueve hasta que la mezcla sea homogénea.
- Coge otro bol y mezcla los huevos con el azúcar. Bate hasta que el azúcar se haya disuelto y la mezcla tenga un color claro y sea espumosa.
- Incorpora la mezcla de huevos y azúcar en el bol con el chocolate y la mantequilla. Mézclalo todo bien.
- Pasa la harina por un colador. El resultado, sin grumos, viértelo en la mezcla y remueve hasta que quede homogénea.
- Vierte la mezcla en los moldes de silicona. ¡Atención! No los llenes hasta arriba; ten en cuenta que crecerá cuando lo hornees.
- Congela al menos 2 horas.
- Precalienta el horno a 190º C con calor arriba y abajo y ventilador. Después, introduce los coulant en una bandeja para que queden justo en el medio del horno.
- La parte difícil: el tiempo de horneado. Hay que experimentar un poco para cogerle el tranquillo, puesto que el tiempo e intensidad de cocción dependen de cada horno. La primera vez, pon solo 1 coulant durante unos 16 minutos. Si al sacarlo compruebas que está demasiado hecho, deja el siguiente 1 minuto menos. Y, por el contrario, si está demasiado líquido, déjalo 1 minuto más.
- Una vez horneados, deja que reposen durante 5 minutos.
- Para quitarlo del molde, puedes usar la misma técnica que cuando das la vuelta a una tortilla; prueba a poner el plato del revés encima y darle la vuelta rápidamente al coulant, que deberá quedar perfecto en el plato.
Antes de devorar tu delicioso postre, no te olvides de servir junto a él una bola de helado. Por lo general, suele optarse por la nata o la vainilla, pero nada impide que realices mezclas de lo más particulares. Un pequeño truco final; prueba a espolvorear virutas de chocolate o de coco por encima, ¡estará todavía más delicioso!